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10 maneras diferentes de experimentar la Naturaleza

¿Cuál es tu actitud cuando estás en la naturaleza? ¿Qué tipo de relación estableces con ella? Podemos distinguir hasta 10 formas diferenciadas de estar en la Naturaleza. Cada una de estas actitudes resulta en un tipo de experiencia diferente. Hay muchos mundos en un mismo mundo según la forma que tenemos de percibirlo.

Cuando leas cada una de las categorías propuestas probablemente te sientas identificado con tres o cuatro de ellas que son las más habituales en ti. Y también puede que sientas curiosidad por algún tipo de actitud que no va contigo pero que quieres experimentar en el futuro. Es enriquecedor poder tener diferentes modos de percibir, estar y sentir.

Estas son las diez formas de vivir la Naturaleza:

-EL TURISTA. El turista recorre largas distancias para contemplar bonitos paisajes, aunque no se adentra en ellos. El turista no se siente parte de la naturaleza, la ve como algo separado de él mismo, algo que está ahí enfrente. Siente el asombro ante la belleza natural y se deja afectar momentáneamente por ella junto a otros turistas. Este asombro es una sensación de bienestar momentáneo que se despierta solo ante lo espectacular, bello, o exótico.  

-EL OCIOSO. Para el ocioso la naturaleza es un sitio agradable en el que jugar, pasear, hacer un pícnic o simplemente descansar. No se pone a prueba a sí mismo, no busca paisajes espectaculares, no sigue ningún desafío ni quiere llegar a ninguna cima. Tiene una actitud relajada y ligera. El juego es toda aquella actividad que es placentera por sí misma. Cuando no perseguimos ningún fin o meta posterior con lo que hacemos, cuando la finalidad está en el placer de la propia actividad, estamos jugando. Esta es la actitud del ocioso.

-EL DEPORTISTA. El deportista experimenta la naturaleza como el contexto ideal en el que sentir las sensaciones energéticas asociadas al ejercicio físico. El juego y el deporte pueden ser sinónimos en muchas ocasiones. Los diferenciamos cuando el deporte añade elementos que no están presentes en el juego como son el reto personal, la autosuperación y un cierto margen de sufrimiento para conseguir objetivos.

-EL AGRICULTOR. El agricultor tiene una relación con la naturaleza condicionada por el hecho de ser propietario. La naturaleza es la fuente de comida y de recursos. Para obtener estos recursos es necesario alterarla y someterla con mucho esfuerzo y de forma continuada. El agricultor tiene una mente enfocada al futuro, a la planificación y a lo práctico. Posee un tipo de saber muy valioso relacionado con la tradición.

-EL CAZADOR-RECOLECTOR. El cazador-recolector conoce la naturaleza en profundidad a través de la observación y el rastreo. Tiene un vínculo de respeto con sus presas con las que se relaciona desde un sentimiento de igualdad. Su mente está enfocada a la viveza del presente y se siente parte de su entorno. Sabe concentrarse, sabe cuándo esperar y cuándo actuar. Conoce y acepta la vida como un continuo de nacimientos y muertes.

-EL POETA: El poeta tiene una actitud sensible y delicada. Le es fácil conectar con los sentidos externos y también reconocer las sensaciones y sentimientos internos que éstos crean. Se abre a la belleza y se deja afectar por ella. Esta actitud receptiva facilita su creatividad e impide el aburrimiento. El poeta percibe el entorno como algo vivo, cambiante y rico en matices.

-EL EMPÁTICO. Siente una fuerte emocionalidad y empatía hacia los animales, especialmente hacia los mamíferos con los que a menudo convive en entornos urbanos. La empatía le lleva a establecer relaciones igualitarias con los animales y a intentar evitar que sufran.

 -EL NATURALISTA. Es un estudioso de la Naturaleza. Le gusta entenderla y conocer su funcionamiento. Siente excitación y fascinación por el saber. Se concentra con facilidad y sabe establecer relaciones entre diferentes elementos naturales. Su actitud en lo natural es exploratoria, prospectiva y a menudo aventurera.

-EL NO-DULAISTA. El no dualista ha tenido una o varias experiencias transformadoras de unidad con lo natural. Estas experiencias, aunque sean intermitentes dejan un rastro permanente en la manera de experimentar la realidad. Hay una disolución de las fronteras limitadoras del ego y una percepción clara de que todo está interrelacionado. El no-dualista conoce por identidad: “conozco la naturaleza en la medida que soy naturaleza”.

-EL OCULTISTA. Cree que hay fuerzas y seres no evidentes que influencian en la naturaleza de una u otra manera. En su percepción de lo natural hay una mezcla de experiencia y creencia. También le gusta el conocimiento simbólico abriéndose a la posibilidad de que cada cosa represente algo diferente a sí mismo. Establece correspondencias simbólicas entre lo experiencial y lo conceptual.