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Meditación Concentrativa vs. Meditación Receptiva

La práctica de la atención concentrada y la práctica de la receptividad (su polaridad complementaria) son de igual importancia para el desarrollo de las habilidades de la práctica meditativa. Podemos clasificar las técnicas de meditación según desarrollen uno u otro de estos dos procesos psicológicos.

En la Meditación Concentrativa focalizamos la atención en un punto y excluimos de nuestro campo de consciencia el resto de la realidad. Cada vez que nos damos cuenta que nos hemos distraído, volvemos a este punto de concentración para estabilizarnos en él. Esta práctica requiere intencionalidad, voluntad y cierto esfuerzo. Este tipo de meditación lleva al practicante a estados de profunda calma mental y absorción.

En la Meditación Receptiva desarrollamos una atención abierta que no excluye ningún elemento de la realidad presente. La atención está despierta y sostenida pero desfocalizada. No hay intencionalidad ni voluntad ya que son los estímulos que se presentan espontáneamente los que guían la meditación. Es un estado de atención sin esfuerzo (no hacer ningún esfuerzo es muy sencillo pero nada fácil). Este tipo de Meditación favorece los estados de intuición.

A menudo se han presentado estas dos formas de meditación como contrapuestas, como si la práctica de una excluyera la otra. Esto es un error. También a veces se descarta la Meditación Concentrativa y se intenta ir directamente a la experiencia de la receptividad. Vamos a examinar esto. Todos los meditadores han vivido experiencias parecidas a esta: después un tiempo de Meditación Concentrativa sentados en inmovilidad, nos levantamos, salimos al exterior y experimentamos el entorno de manera abierta y con mucha viveza. Los sentidos parecen estar más agudizados, estamos en calma, despiertos, atentos y receptivos. Es un estado (más bien un proceso) desfocalizado y de plenitud. Quizás no le demos este nombre pero esto es la Meditación Receptiva. Y la experiencia nos dice que para llegar a ella primero tenemos que practicar mucha meditación Concentrativa, de igual manera que un músico de jazz antes de tocar espontáneamente desde la intuición primero ha tenido que practicar mucho desde la concentración, la intencionalidad y el esfuerzo.

Así pues, para la mayoría de personas, el desarrollo de la concentración es previo a la receptividad. La Meditación Concentrativa y la Meditación Receptiva no son excluyentes, de hecho una lleva a la otra.